VOX Virtual 18

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Doce poetas de Costa Rica,
o de cómo hacer dedo por carreteras imposibles

Ana Wajszczuk

 

La poesía, ese beso

Marina Yuszczuk



Olivos

Delfina Muschietti

 

Humo sobre el agua

Xil Buffone

 

Alfredo Prior

La guerra de los estilos



 

Un decir colapsado Claudia Groesman

 

León Ferrari

Escrituras

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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O cartón mais grande do mundo

Mario Ortiz

 

El ángel izquierdo de la poesía (antología)

Haroldo de Campos

 

 

 

 

 

 

 

 

Años Pares
VIII Bienal Internacional de Pintura
Cuenca / Ecuador

La inmaterialidad del Texto

Eduardo Joaquín Escobar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOX virtual Nº 18. Mayo 2004 - Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina.
Editores: Marcelo Díaz - Gustavo López - Sebastián Morfes - Sergio Raimondi - Nicolás Testoni.
Diseño: Christian Díaz - Carlos Mux.
suscripción gratuita: altavirtual@revistavox.org.ar e-mail: voxvirtual@revistavox.org.ar.

Números anteriores: revistavox.org.ar    no querés recibirla más: bajavirtual@revistavox.org.ar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Inéditos

 

 

 

Como prueba de la buena fe que nos caracteriza nos vemos en la obligación moral de aclarar que los inéditos de este número no son en realidad muy inéditos, o por lo menos no tan inéditos como los que acostumbramos publicar. Se preguntarán ¿cómo es un poema más o menos inédito? ¿es un poema del cual sólo se publicó un fragmento? ¿es un poema que se publicó completo pero por algún indeseable error de impresión algunos de sus versos, o el nombre del autor, son ilegibles? ¿son poemas de una edición tan llena de erratas que al propio autor le resulta imposible reconocerlos? Nada de eso; la respuesta es muy otra: estos poemas son rigurosamente inéditos en, por ejemplo, Malasia, o Micronesia, pero también en amplias regiones del continente africano, y en todas y cada una de las milenarias ciudades de la China casi comunista y, sin ir más lejos, en la República Argentina y en los paises que integran el Mercosur, esperanza económica de la región. En rigor, estos poemas son inéditos en todo el mundo menos en Costa Rica, de donde son oriundos los respectivos poetas, y forman parte de la antología de doce poetas costarricenses (Alfonso Chase, Osvaldo Sauma, Ana Istarú, Guillermo Fernández, Jorge Arturo, Luis Chaves, María Montero, Mauricio Molina, Paula Piedra, Gerardo Cerdas, Alfredo Trejos y Francisco Granados) que, seleccionada y prologada por Ana Wajszczuk, acompaña el número 10 de VOX, edición papel, a punto de ver la luz. Estos poemas, entonces, acompañados por un esclarecedor e instructivo prólogo, son una muestra de seis poetas o suerte de adelanto para que vayan degustando  a la espera del libro completo. 

Ana Wajszczuk, poeta argentina, reside en Costa Rica y co-edita junto a Luis Chaves la revista de poesía joven latinoamericana Los Amigos de lo Ajeno.

 

 

 

DOCE POETAS DE COSTA RICA,

o de cómo hacer dedo por carreteras imposibles / Ana Wajszczuk

 

Recorrido 1. Una antología, de por sí y aunque pretenda erigir alguna suerte de verdad cristalizada, no puede ser más que un mapa sobre territorios desconocidos: un ride a través de la poesía  cartografiado (el ride, el hacer dedo, nunca la vastedad de big bang de la poesía) y también el propio deseo poético cartografiado. No es otra cosa lo que esta pequeña “ antología” se propone: inventar un mapa y detenerse en las chinches de colores que marcan destinos o destinaciones, lugares de detención, estaciones de servicio en el desierto, postas abandonadas, cierta extensión de territorio. Una cartografía que no intenta reproducir un  estado de cosas ni un informe de la situación, sino que intenta  ser, para citar a Perlongher citando a Guattari, una “cartografía deseante”: un devenir, un recorrido, una travesía, caminos que se bifurcan o que no conducen a lado alguno.

De allí parto: una antología que le sirva al lector para estar “informado” no existe ni tampoco sirve para nada, una antología que no reconozca el propio deseo poético al antologar miente o sigue los caminos del canon  como verdad indiscutible.

Porque el devenir poético  no tiene nada que ver con la información o con el canon, y sí tiene que ver con el deseo.Y para el deseo no hay mapa posible.

 

Recorrido 2. Costa Rica fue considerada por sus pares centroamericanos  (de los cuales se despega con delicadeza y hasta un cierto asquito como Argentina del resto de Latinoamérica) la bella durmiente poética. Fuera de revistas importantes a nivel continental  como Repertorio Americano y  algunos nombres de escritores de la llamada Generación del 40 (Isaac Felipe Azofeifa, Francisco  Amighetti, Eunice Odio, entre otros), muy poco se supo en un continente de fuertísimas vetas poéticas de lo que se estaba escribiendo en Costa Rica.

Hoy como ayer, poco y nada se conoce de la poesía actual de Costa Rica fuera del país (y tal vez es arriesgado, pero podría escribir: fuera de San José –la capital- poco y nada se conoce de la poesía que se está escribiendo en Costa Rica). Y poco y nada se conoce de Costa Rica como país fuera de las imágenes  sagradas con las cuales se describe a sí misma: Costa Rica es democrática, es ecológica, es educada, es blanca, no tiene ejército, es el pequeño y amigable país sin conflictos, es la “Suiza Centroamericana”.

En estas imágenes  pensé cuando dudé acerca de si incluir o no a algunos poetas actuales canonizados como tales (al menos, por el sentido común: esos que nunca faltan en una lectura y han publicado varios libros y saltan de un encuentro internacional a otro). No los incluí.  También pensé como criterio en seleccionar sólo poetas novísimos. No lo hice. El criterio de selección que me pareció  más apropiado a las circunstancias -es decir: elegir pocos poetas y, a través de ellos, marcar con chinches algunos puntos de caminos intrincados de una “poesía actual de Costa Rica” prácticamente  desconocida en Argentina-  fue cruzar  a poetas muy diversos entre sí de tres generaciones distintas para que de sus diferentes poéticas el lector pueda armar el camino que guste para mirar por la cerradura del discurso qué se está escribiendo en su buhardilla.

 

Recorrido 3. Alfonso Chase y Osvaldo Sauma vendrían a recorrer, en esta cartografía deseante, un camino de nuevas puertas poéticas para la generación actual. Ambos serían la cara de diferentes tradiciones: el primero, el poeta-director nacional de cultura; el segundo, el poeta-bardo.

Ana Istarú, Guillermo Fernández y Jorge Arturo derivarían  por otros caminos: Istarú es una poeta, actriz y dramaturga cuya  obra hace una afirmación erótica  y de género difícil de pasar desapercibida. Arturo explora el lado del poeta confesional, a la manera del beat pero a la centroamericana. Fernández recorrería la tradición lírica a la cual la poesía tica siempre se vio de alguna manera sujeta.

Los restantes  poetas, nacidos a fines de los años sesenta o a principios de los setenta, serían la nueva camada  en esta travesía. Luis Chaves, María Montero, Mauricio Molina, Paula Piedra, Gerardo Cerdas, Alfredo Trejos y Francisco Granados son los devenires novísimos:  los que están rompiendo con los moldes líricos y retóricos  de las generaciones anteriores, los que hablan al lector en un lenguaje que suena nuevo en este país, que se percibe nuevo.  Un lenguaje que esfuma fronteras entre narrativa  y poesía y no teme ser crudo o ser banal, ni  a su propia ironía ni al  desencanto ni a no ser lo que se supone se debe ser como “poeta”. Un lenguaje que se nutre de las epifanías cotidianas y de las sensaciones de un pueblo que se convirtió rápidamente en urbe y hoy corre la carrera globalizada a la cabeza de Centroamérica.

 

He aquí, entonces, algunas marcas en una carretera hecha de pozos y desvíos, ciertos registros que resonarán o no en ustedes, una mirada sobre un devenir que, como tal, está siempre en fuga, y como tal, sólo puede retenerse un instante: luego el mapa se deshace en las manos.

Y entonces queda el territorio, lo que ninguna antología puede mostrar: lo que sólo se recorre con el cuerpo propio,  y  a  golpe de cuchillo a través de la noche.

 

                                                                                

Ana Wajszczuk

Mal País, Costa Rica, 1 de octubre de 2002

 

 

 

 

 

Alfonso Chase

 

 

Hablo de lo que no se dice (de El libro de la patria)

 

Siempre fui el marimbero, el boxeador,

el titiritero, el mendigo.

Nunca supe la línea perfecta

entre la razón y la duda. Pecados cometí

en la soledad de mi sangre. Crímenes

contra la sombra, gritos sobre el aire.

Siempre fui el equilibrista

hasta que me dí de culo contra el suelo.

No pude subir a tiempo al espectáculo.

 

Me cesaron. Desde entonces escribo con palabras

sucias, contaminadas de cantina, de sombras,

de madrugadas abandonadas en el quicio

de alguna iglesia solitaria. Siempre fui

eso que me tocaba ser: el equilibrista

temblando ante la cuerda, el domador

adentro de las fauces. Estuve en la escuela

y nunca aprendí nada, cuando no fuera

el color de las montañas, el nombre exacto

de esos ríos que no veré nunca. Se acabó la fiesta.

Y sigo golpeando a la piñata, los ojos vendados,

alentado sólo por el gozo de algunos amigos imprevistos.

 

 

Alfonso Chase (1944).  Narrador, poeta y ensayista. Su obra ha ganado numerosos premios nacionales y distinciones en el extranjero. Dirigió la Editorial Costa Rica y  en 2001 ganó el Premio Magón, una de los más importantes del país,  por su trayectoria en el campo de la cultura. Entre sus poemarios de mayor reconocimiento están: Los reinos de mi mundo (Premio Nacional de Poesía en 1966), Cuerpos (1972), El libro de la patria (1976), El tigre luminoso (1983) y Jardines de Asfalto (1994). Fue Director Nacional de Cultura y ocupó diversos cargos oficiales.

 

 

 

Osvaldo Sauma

 

 

Latitud cero (inédito)           

 

Justo en la mitad del mundo

Las nubes

                 Perros del aire

Viajan directamente al sur

 

Nubes que Michaux amó

Como se suele amar a los lobos

Esos pastores fieles de las montañas

 

En medio  de la cintura del mundo

En el punto cero cero cero

Donde convergen el yin y el yang

Hay un hombre dividido

Entre una línea  imaginaria

Y los rayos perpendiculares

Que deja caer el sol

 

 

Aquí

         Sobre estas cimas

Donde la razón trazó sus coordenadas

Y orientó el desasosiego de su miedo

 

 

Aquí en el Ecuador

Hay un hombre fervoroso

Cantándole al ombligo de la Tierra

El antiguo canto de su pequeñez

 

 

Osvaldo Sauma (1949). Poeta y profesor del Bachillerato  en literatura del Conservatorio Castella (San José de Costa Rica).  Ganó el Premio Latinoamericano EDUCA 1985 con su libro Retrato en familia.  También ha publicado los poemarios  Las huellas del desencanto (1982), Asabis (1993), Madre nuestra fértil tierra (1997, coautoría con Freddy Jones) y Bitácora del Iluso (Ediciones Perro Azul/ ICI, 2000).  Ha compilado numerosas antologías de poesía latinoamericana y en dos ocasiones ha sido el productor del Encuentro Latinoamericano de Poesía del Festival Internacional de las Artes en Costa Rica.

 

 

 

Jorge Arturo

 

 

IV (de Perrumbre)

 

todo está bien

el girasol es girasol

la calle calle

el cuerpo navega entre miradas

el autobús se tarda

 

pero te veo

en la repentina ventanilla

que siempre va donde no voy

 

entonces

el girasol es un mordisco en manos de algún ciego

la calle una lápida sobre mi frente

mi cuerpo un mapa de mí que no conozco

 y el autobús un túnel sin regreso.

 

 

Jorge Arturo (1961).  Tiene publicados los libros de poesía Se alquila esta ventana (1988), Un paraguas llamado Adrián (Ed. Ministerio de Educación Pública, 1989), El blues del aprendiz (Ed. UCR, 1992), Perrumbre (Ed. Alambique, 1994), V (Poemario colectivo, Ed. Alambique, 2000) y De un solo lado (Ed. Alambique, 2001). En narrativa publicó, entre otros, La Hoguera Verde (Ed. Alambique,  1998).

Integró y co-dirigió el colectivo y revista Kasandra, y es miembro fundador de Editores Alambique. 

 

 

 

Guillermo Fernández

 

 

Jardín (de Estocada final)

 

Eres la criatura más triste que explora mi corazón.

 

Ojos de quejas ávidas

y manos que no toman el debido voltaje.

Epidermis contenida

en tu bello vaso de falsedad.

Sonrisa que diriges con cautela.

Como si alguien violara tu jardincillo generoso

y abrileño.

 

Me haces exclamar perdón, perdón

sin que nadie lo exija de mi rostro embozado.

 

En el fondo no puedes dormir.

Siempre hay algo que hace falta. Rúnico.

Algo sin altura a nuestra propia puerta.

 

Nada es más triste que verte fingir

que no eres de este reino

donde yo me visto de santo salvaje.

 

Guillermo Fernández (1962). Publicó La mar entre las islas (Ed. Costa Rica, 1983), Atrios (Ed. Costa Rica, 1994) y Estocada final (Ed. Costa Rica, 1997). Con este último poemario ganó el Premio de Poesía de los Juegos Florales de Guatemala en 1996. Ese año recibió el Premio Nacional de Poesía.

 

 

 

Gerardo Cerdas Vega

 

 

Si bajaras hasta el Reino de las Sombras... (inédito)

 

para Melania, después de todo

 

Si bajaras hasta  el Reino de las Sombras

para encontrar el primer día

                                          de tu primera infancia

y queda cerrada la puerta entre la memoria

y el silencio.

 

Si las imágenes fueran separándose

a toda velocidad,

como un bordado,

 

¿qué preguntarías?

 

 

Gerardo Cerdas Vega (1974). Poeta  y estudiante de sociología. Es miembro del consejo editorial de Editores Alambique. Publicó en poesía La imagen calcinada (Ed. Alambique, 1997) y El círculo de fuego (Ed. Alambique, 2000). Sus textos han sido publicados en diversas revistas nacionales.

 

 

 

Paula Piedra

 

 

Usted no entendió nada

 

Yo quería dibujarte mi país,

anotar mi dirección en el revés de una factura.

Que viéramos juntos el último amanecer,

verte recorrer, de espaldas el tramo hacia el avión.

Tal vez fue todo culpa de una hamaca,

por incómoda,

o la lluvia que te dejó atrapado en mi automóvil,

o porque soy muy guapa,

entonces te asustabas.

Pero

no hubo tiempo para memorizar tus manos,

la marca de jeans que usás,

ni la manera de articular tus labios cuando besan.

Hubiera querido tener una hamaca cómoda,

ver el último amanecer que nos quedaba,

pelearnos,

preguntarte el segundo apellido.

 

 

 

En vez de las rondas

 

(para mi hermano)

 

Nunca hubo luz en el rincón

que separaba mi cuarto con el tuyo.

Por eso queríamos construir un túnel

en lo alto de nuestros clóset.

Montarnos allá arriba,

dejar abajo la inundación,

a padre y madre flotando.

 

 

Paula Piedra (1976). No tiene libros editados. Sus poemas fueron compilados en diversas antologías de nueva poesía costarricense. Los textos para esta antología pertenecen a su libro Ejercicios mentales, de próxima aparición.

 

 

 

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Reseñas

 

 

 

La poesía, ese beso / Marina Yuszczuk

 

Olivos / Delfina Muschietti

Libros del Rojas, Buenos Aires, 2002

 

 

1. Olivos se abre al mismo tiempo al otoño y al dolor, pero a la vez, en los primeros versos del primer poema se despliega una serie de recursos que ponen al lenguaje en primer plano, y que permiten hacerse una idea de la propuesta del libro:

 

                                                                        ha llegado el viento

                                                                        aunque este otoño

                                                                        será más cálido,

                                                                        dicen las noticias:

                                                                        un cielo pálido

                                                                        raspa viejas heridas

                                                                        las nuevas a la espera

                                                                        se abren frescas

                                                                        vívidas.

 

 

Esta reseña intenta demostrar que la intensidad de los versos de Delfina procede en parte del uso del sonido y de la presión que lo fónico ejerce sobre el significado. (Besar: tocar con los labios suavemente alguna cosa, según el Diccionario Enciclopédico Salvat, y agrego yo: ejercer cierta presión con los labios, porque un beso sin presión, como se sabe, es necesariamente sospechoso).

 

2. En el primer poema, esa rima entre “cálido” y “pálido” plantea al nivel de la forma una correspondencia casi exacta entre dos palabras de sentido casi opuesto (en la medida en que “cálido” remite al calor, mientras que “pálido” se asocia al frío), lo que produce un efecto de extrañamiento de las dos palabras entre sí, parecidas y diferentes a la vez. Por otra parte, la semejanza fónica hace que se transfiera algo del sentido de cada una sobre la otra, y da lugar a percepciones nuevas: leemos sobre un otoño cálido como una buena noticia pero inmediatamente un cielo pálido viene a disputar con esa imagen; los ecos de cada palabra quedan trabajando sobre la otra, y el otoño de las hojas doradas de pronto es ambiguo. Pero enseguida se instala un contraste en ese cielo pálido que sin embargo “raspa viejas heridas”; la idea de que un cielo con esas líquidas que se deslizan en la lengua pueda raspar introduce una sensibilidad exasperada y un cuerpo vulnerable al que el más mínimo toque, aún el toque líquido de esas eles, podría lastimar, pero que aún así no puede dejar de estar abierto a los efectos del dolor. El sonido establece conexiones entre las palabras (“lido”-“raspa”) pero a la vez las tensa, volviendo esas relaciones problemáticas. Por último, las aliteraciones en los versos finales del fragmento (“las nuevas a la espera/ se abren frescas/ vívidas”) repiten la operación de tensión y extrañamiento, porque si por un lado las heridas recién abiertas se imaginan calientes, la semejanza entre “frescas” y “abren” parece sugerir cierta lógica en la proximidad de esas palabras; la semántica aparece sometida a la presión del sonido a lo largo del libro, y la emoción, a la mesura rigurosa del verso, como en el tajo de la herida materializado en ese acento de “vívidas”.

 

3. Un beso tiene que ver con presión de los labios y/o la lengua sobre determinada materia que ofrece más o menos resistencia. En Olivos, la materialidad del lenguaje presiona sobre el dolor y la experiencia con versos que piden ser, más que dichos, pronunciados. La poesía se convierte en un intento de apropiarse del dolor nombrándolo, llevándolo a la boca, pero también en una operación que construye una memoria del instante, de la felicidad efímera, mediante el mismo procedimiento. La mirada descentrada, “fuera de foco”, persigue la precisión al captar el roce de un brazo o el movimiento de la luz, porque tanto en uno como en otro se deposita la memoria. Hay dos elementos que parecen tender líneas entre distintos momentos y lugares (que pueden proceder tanto de la experiencia vivida como de la experiencia de la lectura), por las que algo se cuela del pasado, para curar o continuar doliendo: por un lado el detalle, muchas veces ligado a los sentidos, como la silueta de luz que recuerda a la virgencita que brillaba en la mesa de luz del cuarto de la infancia, y por otro el dolor, como esa herida de los quince años que “sigue subterránea”. La mirada, como esa casa dispuesta en ele de uno de los poemas, que “expande ilumina”, empuja los límites de la experiencia, intenta rescatar lo que sana y conocer lo terrible para alcanzar, aún en el dolor, cierta armonía, porque también hay un saber del dolor, así como hay un saber del cuerpo, del recuerdo y del sueño, de lo amenazador y del amor, todos ellos sometidos a un proceso de exploración a través del lenguaje que en esa operación se vuelve, como el beso, un “contacto de los labios/ más allá de cada centímetro/ de cuerpo desbordado/ negándose su propio límite/ imprevisible”.

 

 

 

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Delfina Muschietti / Olivos

 

ha llegado el viento

aunque este otoño

será más cálido,

dicen las noticias:

un cielo pálido

raspa viejas heridas

las nuevas a la espera

se abren frescas

vívidas.

 

¿se beberá el dolor

aquí

sin esa boca

en el color fuerte

de la Santa Rita

cayendo sin pausa

sobre los tapiales

de Olivos

y Entre Ríos

y la Villa Recchi

y aquella esquina

con el muro doblado

en glicinas

de la Roma de Pasolini,

florecida

siempre más allá

de cada puntual primavera?

 

en el instante del sueño

el ojo fuera de foco

sobre las espaldas

en el agua del río

la luz puntillista del atardecer

en San Antonio:

 

“hace quince días apenas

no la conocía”

 

***

 

fuera de foco

de la razón el ojo

a mi lado se cierra

a la escena de la siesta

se abre a la luz

de su cámara oculta de luz:

el cuadro sigue esa boca

velada más lenta que la imagen

veloz misteriosa

en el corazón de su propio designio

de su propia carne florecida

en pétalo suave de rubíes

y espejados

cristales negros ¿de dónde vienen?

¿cómo aparecen así sin anunciarse

regresando?

 

¿no sentís ese olor a vos

como un alucinógeno?

 

¿ese contacto de los labios

como un desprendimiento

fugaz del universo

suspendido en el espacio

más allá de cada centímetro

de cuerpo desbordado

negándose su propio límite

imprevisible?

 

***

 

el otoño este domingo

Semana Santa

findesemanalargo

su olor para atrás

se angosta

en esplendor luminoso

el cielo

anuncia su fin de azul

su oscuridad a las

cinco de la tarde

en cuartos cerrados

las familias

hay que estar bien parada

para soportar

la inminencia del frío

un brazo se tiende

hacia el costado

sostenerse

aunque crepiten las hojas

de los árboles y se muevan

en diferentes tonos de amarillo

hasta el más pálido

el olor duele

en su afinamiento

casi se toca único

esa respiración a eucaliptos

de la siesta de otoño

que se va arde

por otros verdes

se espera hasta exhaustos

ver que termina agosto

para volver a sentir el pecho

expandirse

en el puente sobre las vías del tren

la enredadera

cuando se camina por Olivos

empiece otra vez

a subir alta

vuelva a florecer

 

***

 

juegan a la mancha

mientras el sol cae

miro aletargada

repentinamente

me dobla Eugenia

en el perfil de la tarde

yo me desdigo

de mi cuerpo

me pliego

al suave contorno

tornasolado

de su brazo

quizás sea el pelo

los ojos

una esfumada textura

en la curva de luz

ciertos detalles

móviles

requiere

indagación estética

sacudo la cabeza

ella se distancia

inapelablemente ella

dorándose

a las 7 de la tarde

hasta los pájaros repiten

esas voces enigmáticas

la luz en noviembre

un juego apenas

de la memoria

 

 

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O cartón mais grande do mundo / Mario Ortiz

 

El ángel izquierdo de la poesía (antología) / Haroldo de Campos

Eloísa Cartonera, Buenos Aires, 2003

 

 

1. Este volumen doble que nos ofrecen los muchachos de Eloísa es un objeto cultural extremadamente valioso que es necesario salir a comprar ya mismo, y no digo esto por un snobismo pequeñoburgués que quiere calmar su mala conciencia social apoyando el trabajo de los sufridos cartoneros que recolectaron y armaron con sus manos estos libros (más adelante hablaremos de esto). Hay que comprar estos libros porque Washington Cucurto (su editor) nos ofrece un material literario de primer nivel, y digo más - porque los textos de primer nivel a veces pueden ser aburridos - nos ofrece un material verdaderamente apasionante. Y que el resto haga lo que quiera o pueda con su conciencia.

 

2. Una vieja imagen popular satiriza a los brasileños para los cuales todas sus cosas son las más gigantes del mundo, como el Maracanâ, el Matto Grosso, la extensión de un país inconmensurable, etc. Lo que sí es cierto es que  Haroldo de Campos (1929-2003) es una de las figuras intelectuales "mais grandes do mundo" o por lo menos de Latinoamérica. Fundador junto con su hermano Augusto y Décio Pignatari del movimiento de poesía concreta hacia los años '50, traductor, crítico literario,  su figura se puede asociar a la de Ezra Pound:  alguien que se mueve ágilmente entre estas distintas facetas de la literatura; poetas que no conformes con desarrollar su propia poesía, realizan una actividad incansable de animación cultural, de puesta al día del campo literario, de búsqueda incesante en todas las tradiciones estéticas (arcaicas o contemporáneas, nacionales o universales) que puedan aportar al desarrollo de la poesía en su país. Igual que Pound, sus traducciones son verdaderas re-creaciones o, como él las llamaba, "transcreaciones"; igual que Pound, trabajó los autores más disímiles: Homero, Cavalcanti, Dante, Maiakovski, Leopardi, Girondo, Vallejo, Lugones, Bashô, etc. Reformuló el canon literario brasileño al reubicar al barroco Gregorio de Matos, a Soussândrade (S. XIX) y Oswald de Andrade, y no se mantuvo encerrado en el reducido círculo de la cultura letrada, sino que también extendió su actividad a la música popular, como lo demuestra sus colaboraciones con Caetano Veloso.

Igual que Pound, Haroldo también se vinculó activamente a la política, y aquí una marcada diferencia con el maestro norteamericano: Haroldo, comprometido con la izquierda, militó en el PT, apoyó a Lula y tuvo tiempo de desencantarse de él antes de partir de este mundo. Precisamente, este volumen de los cartoneros reúne una buena muestra de su poesía política, en una extremadamente cuidada edición crítica bilingüe a cargo de Gonzalo Aguilar. Los poemas están traducidos por un "dream team" integrado por Arturo Carrera, Daniel G. Helder, Roberto Echavarren, Reinaldo Jiménez y Andrés Sánchez Robayna. El volumen 2 cierra con dos textos-homenaje escritos en ocasión de la muerte del poeta, uno de Jorge Schwartz publicado en el suplemento Radar / libros, y otro de Augusto de Campos.

La proximidad del portugués y el castellano permite que uno pueda leer fácilmente los poemas en ambas lenguas y ver así el oficio de Haroldo. Por ejemplo, en el poema "servidão de passagem" (Servidumbre de paso) leemos en uno de los dísticos: "homem soco / homem saco // homem mó / homem pó", que Gonzalo Aguilar traduce "hombre porra / hombre bolsa  // hombre muela / hombre molido" Obsérvese el trabajo que Haroldo hace sobre sobre los términos paralelos "mó/pó" que al mismo tiempo son antitéticos, resumiendo en dos versos secos y breves como una consigna política el antagonismo explotador / explotado.

El anteúltimo poema compilado "circum-lóquio (pur troppo non allegro) sobre o neoliberalismo terceiro-mundista" temáticamente podría haber sido escrito en la argentina menemista, lo cual revela en clave poética el paralelismo ya no sólo de términos, sino también de procesos político-económicos (recuerden el rostro de galán fashion de Collor de Mello más o menos de la misma época que la "Feyari" de Carlitos)

Poemas, en fin, que nos acercan a un Brasil bien distinto de la imagen unívoca - acrecentada adrede por el turismo - de un carnaval perpetuo y fiestita del desenfreno sexual. O dicho de otro modo: existe el carnaval, pero también existe la realidad de un país que fue uno de los últimos en abolir la esclavitud, que padeció décadas de dictadura militar desde que el mariscal Castelo Branco derrocara a João Goulart en 1964, un país que creó los fatalmente recordados "escuadrones de la muerte". Otra vez: el carnaval no desdice la existencia de un hiper consevadurismo económico. Y los poemas de Haroldo están para recordar todo esto (a mí por lo menos) a través de uno de los cruces entre poesía y política más intensos y mejor logrados como en los mejores momentos de L. Lamborghini o de Enrique Lihn.

 

3. Concluyo con unas notas para la polémica. La editorial Eloísa cartonera armó un cierto escándalo en el mundillo literario, y no es para menos. Diseñar un catálogo selecto para libros armados por cartoneros, a precios irrisorios, y que por esto mismo se transforma en un éxito de ventas puede ser visto como algo más que un emprendimiento editorial novedoso: es una forma de intervención cultural, o al menos de gran espectáculo. Es cierto que puede provocar recelos y aprehensiones por parte, inclusive, de muchos intelectuales progres para quienes todo esto no es más que un gesto populista destinado, en el peor de los casos, a provocar movilización y revuelo a partir del drama económico argentino. Edgardo Russo, en un reportaje publicado en Radar / libros, fue uno de los más explícitos al respecto: para él esto es un snobismo, un "gesto sin retorno" de intelectuales que no padecieron ni padecerán jamás el hambre.

Como dije arriba, hay una cierta dosis de espectáculo: tengo en mis manos los libros de Haroldo, difíciles de abrir, con los colores chillones de una caja de botellas de lavandina. Pero también veo aquí algo que me interpela y que me hace pensar en las condiciones y límites posibles de nuestras prácticas culturales: en Eloísa veo en todo caso un fenómeno extremo de las reales condiciones materiales en que se mueve un producto tan marginal como la poesía, y que ha hecho florecer toda clase de editoriales alternativas más o menos artesanales que tienen una distribución nula fuera de la ciudad donde se editan los materiales en cuestión.

Todos sabemos que el panorama literario argentino en su aspecto puramente material y económico es sumamente árido: becas de incentivo a la creación y concursos jugosos que en otros países se encuentran hasta debajo de las baldosas, aquí brillan por su ausencia, a lo cual se suma que las tradicionales editoriales nacionales fueron vendidas a redes extranjeras no siempre interesadas en arriesgar dinero a favor de las propuestas literarias más arriesgadas.

Así, por poner un ejemplo cualquiera, un chabón está un año y 1/2 o dos frente al teclado invirtiendo horas culo/silla para escribir una novela que, si bien no es Finnegans Wake, apuesta a su riesgo verbal. Este chabón tiene que esperar su buena cantidad de tiempo para que pasen su informe los lectores de una editorial medianamente importante, y con suerte otros dos años para que la publiquen en su catálogo. Ante este panorama, las editoriales alternativas y los autores seguirán sacando sus libros por simple necesidad de poner en circulación rápida su material, y los sacarán en cartón o si es necesario - cacata carta ­- en papel higiénico y con huevitos de pascua de obsequio para incentivar su sompra si también fuese necesario: "la vida se abre paso", decía Bergson (o algo por el estilo).

El proyecto Eloísa con su aire aspamentoso y farolero nos está interpelando, y creo que pecaríamos de estrechez si nos quedamos en fenómeno y desatendemos esa interpelación.

 

 

 

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Haroldo de Campos / circum-loquio (pur troppo non allegro) sobre el neoliberalismo tercermundista

traducción de Arturo Carrera

 

 

 

laisser faire laisser passer

 

1.

 

el neoliberal

neolibera:

de tanto neoliberar

el neoliberal

neolibérase de neoliberar

todo aquello que no sea neo(leo)

libérrimo:

la libre parte del león

neolibera la vejación de la oveja

 

1.

o neoliberal

neolibera:

de tanto neoliberar

o neoliberal

neolibera-se de neoliberar

tudo aquilo que nao seja neo (leo)

libérrimo:

o livre quinhao do leao

neolibera a corvéia da ovelha

 

 

2.

 

el neoliberal

neodelibera

qué neoliberar

para los no neoliberados

¿el labe?

¿el libelo?

¿la librea del lacayo?

¿la argolla de la galera?

¿el vientre libre?

¿la muerte libre?

¿el morfi escaso?

¿el plato raso?

¿la comunión del atraso?

¿la excomunión de los excluídos?

¿el mañana sin fe?

¿el café recalentado?

¿la caída en lo enroscado?

¿en la alpargata del pie?

¿en el piso del pie?

¿gusanillo del pie bello?

¿la razón de lo plebeyo?

 

2.

o neoliberal

neolibera

o que neoliberar

para os nao-neoliberados:

o labéu?

o libelo?

a libré do lacaio?

a argola do galé?

o ventre-livre?

a bóia-rala?

o prato raso?

a comunhao do atraso?

a ex-comunhao dos ex-clusos?

o amanha sem fé?

o café requentado?

a queda em parafuso?

o pé de chinelo?

o pé no cháo?

o bicho de pé?

a racao da ralé?

 

 

3.

 

en el cielo neón

de lo neoliberal

ángeles-yuppies

mofletes color bife

privatizan

la rosácea del paraíso

de dante

en cuanto comen fast food

y súper

(visionarios) miran

con ojo magnánimo

los lados

(fluctuantes)

del cambio:

 

mientras el no

-neoliberado

come pan

con salame

(cuando come)

él duerme

soñando

con griferías de oro

y el hidromasaje color ámbar

de su neo-

mansión en miami

 

3.

no céu neon

do neoliberal

anjos-yuppies

bochechas cor-de-bife

privatizam

a rosácea do paraíso

de dante

enquanto lancham

fast-food

e super

(visionários) visam

com olho magnanimo

as bandas

(fluctuantes)

do cambio:

 

enquanto o nao

- neoliberado

come pao

com salame

(quando come)

ele dorme

sonhando

com torneiras de ouro

e a hidrobanheira cor

de ambar

de sua neo -

mansao em miami

 

 

4.

 

el centro y la derecha

(des) conversan

sobre lo social

(cuestión de policía):

el desempleo es un mal

coyuntural

(conjetural)

pues en el cielo de la estadís-

tica el futuro

se decide por la ley

de los grandes números

 

4.

o centro e a direita

(des)conversam

sobre o social

(questao de polícia):

o desemprego um mal

conjuntural

(conjetural)

pois no ceu da estatís-

tica o futuro

se decide pela lei

dos grandes números

 

 

5.

 

el neoliberal

sueña un mundo higiénico:

un ecúmeno de ecónomos

de economistas y aseguradores

de corredores de bolsa

de gerentes

de supermercado

de jefes de industria

y latifundistas

de banqueros

banquiplenos o

banquirrotos

(¿qué importa?

mientras circule

auto-regulante

el necesario

plusvalioso

numerario)

un mundo ejecutivo

de mega-empresarios

duros y puros

muelas sin dolor

más atentos al lucro

que al salario

solitarios (en el cáncer)

antes que solidarios:

un mundo donde dios

no juegue a los dados

y donde todo dure por siempre

y siempremente nada cambie

un confortable

estable

confiable

mundo contable

 

5.

o neoliberal

sonha um mundo higienico:

um ecúmeno de economos

de economistas e atuários

de jogadores na bolsa

de gerentes

de supermercado

de capitaes de indústria

e latifundários de

banqueiros

- banquiplenos ou

banquirrotos

(que importa?

dede que circule

autoregulante

o necessário

plusvalioso

numerário)

um mundo executivo

de mega-empresários

duros e puros

mós sem dó

mais atento ao lucro

que ao salário

solitários (no cancer)

antes que solidários:

um mundo onde deus

nao jogue dados

e onde tudo dure para sempre

e semprem

 

 

6.

 

(a

contramundo el

mundo de ningún modo

-mundo perro-

de los desheredados:

el antihigiénico

guetto de los

sin-salida

de los excluídos por el

dios-sistema

caña triturada

por la molienda

por la rueda dentada

de los abandonados:

un mundo-pésames

de pequeños

ciudadanos-menos

de gente-ganado

de civiles

subserviles

de pueblo-carga

sin lugar marcado

en el campo de lo posible

de la economía de mercado

(donde mercurio sirve al dios garrapatas)

 

(a

contramundo

o mundo-nao

-mundo cao-

dos deserdados:

o anti-higiénico

gueto dos

sem-saída

dos excluídos pelo

deus-sistema

cana esmagada

pela moenda

pela roda dentada

dos enjeitados:

um mundo-pesames

de pequenos

cidadaos-menos

de gente-gado

de civis

sub-servis

de povo-onus

que nao tem lugar marcado

no campo do possível

da economia de mercado

(onde mercúrio serve ao deus mamonas)

 

 

7.

 

el neoliberal

sueña un admirable

mundo fijo

de argentários y multinacionales

terratenientes terrapotentes coroneles políticos

milenaristas (cooptados) del perpetuo

status quo:

un mundo privado

palacio de cristal

a prueba de balas:

bunkerblau

durando para siempre - fiesta estática

(aunque se sustente sobre fictos

palafitos

y éstos sobre una lata

de basura)

 

o neoliberal

sonha um admirável

mundo fixo

de argentários e multinacionais

terratenentes terrapotentes coronéis políticos

milenaristas (cooptados) do perpétuo

status quo:

um mundo privé

palácio de cristal

á prova de balas:

bunker blau

durando para sempre - festa estática

(ainda que sustente sobre fictas

palafitas

e estas sobre uma lata

de lixo)

 

 

Poema publicado originalmente en el periódico Folha de Sao Paulo en el año 2002.

 

 

 

 

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Arte

 

 

 

Humo sobre el agua / Xil Buffone

 

Alfredo Prior / “ La guerra de los estilos”

MNBA, Buenos Aires

 

 

Los consejos de un clásico ofician de prólogo:

 

“Para pintar batallas, ante todas las cosas se representará el ayre mezclado con el humo de la artillería y el polvo que levanta la agitación de los caballos de los combatientes.  El polvo como es materia térrea y pesada, aunque por ser tan sutil se levanta fácilmente y se mezcla con el ayre, vuelve inmediatamente a su centro, quedándose solo en la atmósfera la parte más leve y ligera. Esto se hará de tal modo que apenas se distinga el color del ayre”. (Leonardo Da Vinci. Tratado de Pintura 1542) .(texto escrito en la pared)

 

Vi la muestra de Prior, qué silenciosa, qué blanca.

Qué puesta más oriental. La sala era como una partitura gigante.

Qué fría.

 

Divinos los paisajes y ese corso de caritas (tan “munch con resfrío”).

 

Como tropas, unos 300 dibujos pequeños se distribuyen en el espacio enmarcados en series.  Cual poesía concreta, los cuadros arman guiones, líneas, simetrías y ritmos.

 

“Posicionar analíticamente cercos y biombos son medios para deslumbrar al enemigo y ponerlo en duda”. (Sun Pin)

 

-       - - - - -           - - - - - -

-       - - - - -           - - - - - -

-       - - - - -           - - - - - -

 

“Formaciones sólidas y batallones masivos son los medios por los cuales atacar la fuerza feroz de un enemigo”. (Sun Pin)

 

g    g  g  g  g  g  g

   g  g  g  g  g  g  

g  g  g  g  g  g  g

   g  g  g  g  g  g

g    g  g  g  g  g  g

 

 

“La batalla de Anghiari” Mixta sobre papel ( cinco líneas de siete hojas c/u clavadas al muro)

 

“Cuando el camino es espinoso y demasiado frondoso, utiliza una formación en Zigzag”. (Sun Pin)

 

 

        n                        n n              n                  n

n                             

            n      n      n             n       n  n  n

                      n           n

 n  n           n               n               n                n

 

 

Esquema de “El cruce de los Alpes 2000-2002”.Acrílico sobre 21 discos de vinilo.

Dentro de los círculos hay un aire azulado, palidez a oscuras, con ojos grandes y bocas tensas.

 

 

En torno a este despliegue de infinitos retratos minúsculos hay una historia muy larga.

Hace 500 años, en pleno Renacimiento italiano, los florentinos le encargaron a Da Vinci la representación de “la batalla de Anghiari” para el Palazzo Vecchio di Firenze. Asimismo pidieron a Miguel Angel Buonarotti (aquel joven florentino que esculpió al David),que pintara otra batalla en el muro de enfrente.

Nunca se realizaron tales frescos, pero esas obras (y por sobre todo: esa disputa) marcó a la generación de sus contemporáneos y las subsiguientes.

 

Leonardo bocetó un cartón que luego una tormentosa lluvia desintegró. Se libraba por entonces una batalla fatal de lo denso conquistando a lo difuso: lentamente agonizaba el renacimiento.

 

Concluyendo, cierra otro testimonio escrito:

 

“El 6 de junio de 1505, viernes, hacia la una comencé la pintura en el palacio, y el cartón se perdió.  El agua se derramó como un vaso roto y súbitamente el tiempo empeoró aún más y una gran lluvia cayó hasta el anochecer...y estaba tan oscuro como la noche”. L.D.V.

 

 

 

 

Un decir colapsado / Claudia Groesman

 

León Ferrari / Escrituras

Galería Ruth Benzacar, Buenos Aires

 

 

Las líneas de Ferrari describen las emanaciones de un cuerpo que se sitúa en el borde mismo de un decir colapsado, dibujando la trayectoria  de su propia avidez,  mostrando la desgarradura en su devenir gesto,  presencia volátil  que se revela a toda fijeza y se busca  sin querer asirse, componiendo tramas como carnalidades de una emoción liberada a su propio movimiento, condensaciones que enmarcadas restituyen su capacidad de eternizar el rapto.

Las palabras se ofrecen como materia de un pensamiento musical, participan del ritmo que las constituye como apariciones accidentales que acceden repentinamente a una significación.

La naturaleza del signo lingüístico resurge como sustancia residual de un código extrañado, perforado por los avatares de la historia, y desde el fondo sonoro de su perplejidad construye nuevos territorios, atravesando el espesor de un eco que irradia su  necesidad de comunicar.

 

 

 

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Años Pares

VIII Bienal Internacional de Pintura - Cuenca / Ecuador

 

La Bienal Internacional de Cuenca se ha constituido en una de las mas importantes de Latinoamérica . En la edición del 2004 la propuesta conceptual toma su punto de partida de las políticas de la memoria que se implementan en nuestras sociedades, que lejos de darse de modo espontáneo son claramente controladas y orientadas en un determinado sentido y con unos significados específicos.

La Argentina estuvo representada por el trabajo del grupo Escombros y una retrospectiva de Victor Grippo . Fue curadora para nuestro país, Uruguay  y Paraguay Mercedes Casanegra. Perù estuvo representado entre otros por la video-instalación Dos de Carlos Runcie-Tanaka que se presento acompañada de las texto de Jorge Villacorta Chaveque reproducimos a continuación .

La video-instalación Dos de Carlos Runcie-Tanaka es un texto espacial que incorpora y se alimenta de distintas formas de escritura visual para crear un lugar que podría ser señalado como un recinto de poesía.

Entre las formas de escritura imbricadas en ella están el registro videográfico, que en este caso es audiovisual de un modo primordial; y el trazo caligráfico-pictórico, que podría ser la marca autoral y, sin embargo, no entraña ninguna clase de subrrayado jerárquico. Una tercera escritura, que podría ser descrita como propia o no de la escultura, involucra un mínimo de acumulación de materia bajo el aspecto que tiene cuando es extraída de la naturaleza  y que desde la ocupación central del espacio deriva su fuerza de la dimensión horizontal y se impone desde allí con simplicidad y extrañeza  a todo el orden tridimensional, aun cuando es casi imperceptible volumétricamente.

Sonidos y silencios elementales alternan en la escritura videográfica, asociados a la imagen virtual de manos que pliegan y dan forma en papel a una representación de volumen peculiar, clásica del origami –arte japonés del plegado de papel-, y de manos que palpan el sillar -blanca piedra del sur de los Andes peruanos-, la golpean y rompen para descubrir una forma esferoidal inscrita en ella. En la luz y la sombra del espacio de la instalación, la música de la piedra y del papel acompaña la huella y el resultado material de acciones humanas que guardan un enigma por semejanza con el ritual y sus signos, y buscan responder a una necesidad personal de pacto con el mundo: de afirmación de actos plenos de gratuidad que tienen lugar en el tiempo y de aceptación de las contingencias de las que está hecha la vida.

Todo ello configura una dimensión poética en la cual el objeto hallado en el ámbito natural, extraído con ingenio para satisfacer el deseo de contemplarlo y poseerlo en colección, dialoga agudamente con el objeto fabricado por artificio, con las manos. La naturaleza , en esta obra de Runcie-Tanaka, sorprende al aparecer como depositaria de un objeto sin autor que, oculto en el silencio de los tiempos, envía  sus señales y se hace visible para confundir al hombre ansioso, ávido de lo nuevo.

 

Jorge Villacorta Chávez

 

 

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Magnetos

 

 

 

La inmaterialidad del Texto.

 

Eduardo Joaquín Escobar.

 

 

Alexander Rostowsky, nace el 24 de abril de 1889 en Ivanovskoe, a pocos kilómetros de Leningrado. Es el cuarto hijo varón de una familia campesina numerosa emigrada de la Alta Silesia a principios del SXVIII.

 

El 1906 la familia se traslada a Moscú. Asiste al colegio Arsenieva  para después estudiar dos años en la Escuela superior de Artes Aplicadas de A.S. Alfierov, en donde se gradúa hacia 1909.

Ese mismo año viaja a Kiev y visita la iglesia de San Cirilo, donde las obras religiosas del pintor simbolista Mijail Vrubel le producen un enorme impacto psicológico.

 

El 1913, visitando los talleres de O. Zadkine y A. Archipenko, Rostowsky conoce a un grupo de artistas que conformarán lo que históricamente se ha dado en denominar: las Vanguardias Rusas.

K. Malevich, Vladimir Tatlin, A. Rodchenko y Liubov Popova son los artistas cuya obra sirve para definir una serie de operaciones paradigmáticas en el desarrollo del arte ruso, desde la figuración hasta la abstracción y, posteriormente, desde el arte puro al arte aplicado, sin excluir aspectos particulares del Diseño Gráfico.

 

Desdeñando las influencias innecesarias, Alexander Rostowsky en la búsqueda incansable y solitaria de un nuevo lenguaje visual que fuese compatible con los requerimientos de la modernidad y de la sociedad rusa , opta por el Diseño Gráfico, en particular la Tipografía, como una práctica artistica que involucra otros campos específicos del conocimiento: Filosofía, Agricultura, Medicinas alternativas, usos y costumbres.

A diferencia de Malevich, Rostowsky no se interesó por los aspectos espirituales del arte, no trabajó en el espacio real como Tatlin, ni como Rodchenko y Mayakovsky aplicando el Diseño Gráfico a la Publicidad como contralor del Estado.

 

Alexander Rostowsky un solitario, exilado dentro de su propia patria, supo sin embargo acompañar los cambios fundamentales que produjo la Revolución de Octubre en su momento.

 

En 1916 es rechazada, por segunda vez, su solicitud de ingreso a la Empresa Estatal de Propaganda y Difusión , Verbouka. Este hecho lo sume en una profunda melancolía que nunca ya lo abandonará.

Sin otro equipaje que su desencanto abandona Moscú y se instala en Yaroslavl, Siberia oriental, en donde monta una pequeña imprenta y el consiguiente taller de Diseño Gráfico y Aplicaciones.

Lejos de los vaivenes políticos, Rostowsky, comienza a redactar los textos definitivos para el “1er. Manifiesto de la Tipografía Inmaterial”. En realidad un diario personal, este “manifiesto” es un verdadero documento, que hoy se conserva en la Biblioteca Privada de Moscú.

Citamos algunos fragmentos:

Cae la tarde en Yaroslavl. El frío congela la tinta de imprimir. Hoy será imposible accionar la máquina.”.

“El frío continúa... La leche para Miuska, mi gata, que anoche dejé afuera, cerca de la baranda, se escarchó.

Miuska me mira con curiosidad.

Debo terminar de armar el texto. Imposible ablandar la tinta.

Ante mi la caja tipográfica en blanco. Hoy no podré siquiera imprimir una prueba.

En Moscú, escuché en el mercado, hablan con insistencia de un siberiano llamado Stalin.”

“Ensayo algunas opciones debido a la insistencia del frío (50 grados bajo cero).

Decido abandonar todo intento por descongelar la tinta. Determinación que me lleva, casi sin darme cuenta, a cortar delgadas tiras de papel negro, cuyo ancho estará en relación directa con el cuerpo de la letra elegida.

Cuanto más pequeño el cuerpo más pequeño será el ancho de las tiras.”

 

Rostowsky, en el interín, recibe una carta del Ministerio Estatal de Cultura de Moscú, intimidándolo a volver y a integrar: “Tranvía V: primera exposición Futurista de Pintura”,  junto a Udaltsova, Exter, Puni, Rozanova, entre otros.

Rostowsky aduciendo razones de salud , por cierto más cerca de la verdad que de la excusa, rechaza toda posibilidad de viajar y de participar en cualquier actividad artistica.

Este gesto, próximo al venidero de Marcel Duchamp, le valió la expulsión definitiva del Partido y el rechazo unánime de su familia política.

 

Rostowsky se convierte en su propio mundo. Un mundo dentro de este mundo.

 

Corto cientos de tiras de papel negro. Las corto de 1 milímetro, de 2, de 3.

Afuera la blanca nieva, sin huella alguna, me recuerda al blanco aún intocado de la caja tipográfica.”

“Hoy corté, a pesar del frío y de la falta de leña seca, 75. 439 tiras para armar de una vez por todas la pagina que me observa, en blanco.

Trabajo en un texto traducido del inglés, una novela en verdad, que trata la historia de un buque ballenero, su Capitán, la tripulación y la persecución de una ballena singular. Es una novela de retratos.

Voy por la página 249, detenido, congelado, desde hace ya una semana.

Debo romper el hielo.”

 

Rostowsky contrae tifus, pero finalmente se recupera.

Solo, al borde de la locura o la santidad, Rostowsky le escribe desesperado a Alexei Kruchenyj solicitándole ayuda económica.

Recibe una respuesta de inmediato. Le encargan el diseño de un isotipo para el Partido, con la única condición que lo firme con seudónimo. Su expulsión es aún recordada.

Alexander, entre el hambre y la pared acepta, y en el encuentro fortuito entre una hoz oxidada y un martillo de herrero, diseña uno de los isotipos más conocidos del mundo contemporáneo: la hoz y el martillo cruzados.

Gracias al dinero recibido, una pequeña cantidad de rublos, Alexander vuelve a su labor, a su obsesión.

 

Página 127, segundo tomo, decido cortar las tiras superponiendo varias hojas de papel a la vez. La cuchilla, casi un recuerdo de cuchilla, se deja afilar pacientemente.

Con este ahorro de tiempo creo terminar con el libro antes de la primavera.”

 

Publica en el Boletín Suprematista un texto antológico en los fundamentos teóricos del Diseño Gráfico: “Cliente y Diseñador, el amo y el criado”, basado en un hecho real, acontecido en el S XVII.

El artículo es recibido con indiferencia, y solamente una breve esquela de adhesión rompe el silencio. “Somos una cucaracha en busca de su zapato”. Firmado: Franz Kafka.

 

Hoy por la mañana. Blanco afuera, blanco adentro. Guardo las tiras en cajas de cartón numeradas en cuya tapa anoto la cantidad de tiras y a qué página corresponden”.

“Miuska amaneció muerta. Tuve que dejarla sobre el hielo, envuelta en una manta.

Con algunas tiras de papel escribo Miuska en alfabeto occidental. Utilizo para ello Garamond italic, cuerpo 24. Obviamente el color de la tipografía es el color del hielo.”

 

A fines de 1924, Alexander se contagia de escarlatina.

El 16 de noviembre muere a causa de esta enfermedad en el Hospital Privado de Moscú.

21 de diciembre de 1924 a enero de 1925: exposición póstuma en el Instituto Stroganov de Moscú, que incluye el diseño de todas las páginas de la novela que terminó de diseñar y armar pocos días antes de morir, así como 385.578 tiras de papel negro, carteles viales, diseños de uniformes, y los bocetos del inacabado monumento al tipógrafo caído.

Al final de su diario escribe: “Así con esta paciencia y aceptando mis carencias, corté con adecuada precisión finas tiras de papel negro que fui pegando, a modo de renglones, dejando en blanco los espacios correspondientes a la tipografía.

La página es una reja a través de la cual la mirada puede leer, mirar al sol..”

 

“El espacio que rodea la letra es su substancia.”

 

Su último proyecto, no expuesto hasta ahora y abortado por la enfermedad seguida de muerte, consistió en una edición limitada de un texto impreso en blanco sobre papel blanco.

Alexander Rostowsky en relación con el debate que se lleva a cabo sobre el Diseño Gráfico y sus legítimas atribuciones, confirma con su vida y con su obra que toda forma tipográfica es un objeto, independiente de su existencia en la realidad, un objeto situado más allá del texto.

 

 

Eduardo Joaquín Rodriguez, Diseñador Gráfico colombiano, redactó este texto especialmente para la revista: “Tipografía y Religión”, Zürich, nro. 53, 1987.

 

 

 

 

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